El proceso de planificación de la casa comenzó con un estudio de los árboles presentes en la parcela, con el fin de respetar al máximo la naturaleza y adaptarse sin alterar las condiciones topográficas, al mismo tiempo que se cumplían las normativas urbanísticas locales.

Uno de los aspectos más significativos del proyecto es su principal objetivo de preservar el entorno natural. Para evitar cualquier daño en las raíces de los árboles, se optó por una estructura sostenida sobre pilotes incrustados, evitando cimentaciones que pudieran dañar el ecosistema local.

La forma de la casa se aleja de la arquitectura tradicional y responde a los claros que deja el bosque, adaptándose de manera flexible y fluida al paisaje, lo que hace que la naturaleza sea un factor determinante en su concepción y desarrollo.